Ay, ay, ay...
Vivo sin vivir en mí.
No sé si es correcto hacer esta entrada.
Si pudiera llamaría al teléfono de
"Dígame qué le quita el sueño desde hace días,
que le doy un par de tortas"
pero... ¡NO EXISTE!
Y si digo lo que me ocurre, a lo mejor pensáis
que soy una ilustradora poco profesional...
Pero os aseguro que soy una ilustradora muy profesional, sólo que... Os cuento:
Vivo sin vivir en mí porque tengo un montón de trabajo que hacer y estoy sufriendo una crisis de estilo, y os aseguro que es una tortura. Nada me parece suficiente, nada me parece inteligente o valioso. Tengo la sensación de andar por la cuerda floja, en tres palabras:
Ando con miedo.
En dos:
Ando insegura.
Cuando a uno le pasa esto ve al resto de sus compañeros ilustradores increíbles, con sus carreras muy definidas, muy bien encaminados... En cambio uno se ve como una hormiguita perdida en el desierto.
Menos mal, que alguno de mis dibujos se me acerca de vez en cuando, me da un par de tortazos y por unos minutos me quita la tontería.
Un notición: ya llevo 26 días sin fumar y estoy estupenda.
Ay, ay, ay...
Un beso.