¡Buenos días, navegantes!
¡Ha llegado el último día del año!
¡Me encantaaaaaa!
A lo mejor me voy a enrollar un poquito,
pero es lo que tiene que sea fin de año.
Estos son el día y la noche
que más me gustan de estas fiestas.
Bueno, también me encanta el día de mañana.
El día 1 de enero de 2014...
2014 se ve bonito ¿no?
Suena bien...
Es el primer día del año a estrenar
y me siento como cuando estreno pinturas nuevas.
Es como si abriese una caja de colores
con 365 lápices, ni más ni menos.
Todos nuevecitos, con la punta bien afilada,
esperando a que los pruebe en el papel...
(aquí cada uno que ponga el ejemplo
que más le motive:
Una caja con 365 bombones
de chocolate negro,
una película de 365',
un libro de 365 páginas,
un amante que te dé 365 besos
(todos diferentes),
unas zapatillas bien cómodas
que recorran 365 kms...)
El caso es que estrenar año
me parece ya en sí un triunfo.
Es un día como otro cualquiera pero uno
siente que tiene una oportunidad,
otra oportunidad de seguir o de cambiar.
Yo no hago ningún plan, me dejo llevar...
Eso sí, nunca jamás dejo de cuidar
a los pájaros que viven en mi cabeza
y que son los que me hacen
florecer un poquito cada día.
Esta pajarería que tengo por sombrero
es lo que me da fuerzas, ganas
y muchas alegrías.
Estos pájaros son los benditos culpables
de que siga sonriendo cuando pienso
que lo único que hacemos es sobrevivir.
Por eso los mimo tanto,
por eso los quiero tanto.
Estaba pensando en un año feliz, bonito...
Y lo primero que me ha venido a la cabeza
es pasear por el campo,
en silencio, un día soleado, sin prisas,
disfrutando y admirando lo que me rodea.
Sí, esa imagen me calma y esa sensación
me gustaría tenerla la mayor parte del año.
Pero, pero... ¡Eso va a ser imposible!
Porque tengo taaaaaaanto que hacer...
Pero os digo una cosa muy en serio:
¡Por dios, que nadie se me agobie
con grandes planes para el año que viene!
Todo poquito a poco
y armémonos de paciencia.
Lo que tenga que ser, será :^)
Mientras tanto a vivir, con tranquilidad,
poquito a poco...
Navegantes, ya sabéis lo que os quiero,
lo que os agradezco que me acompañéis
todos los días, que vengo a desayunar
aquí con vosotr@s...
Quiero que sepáis que os deseo
con todas mis fuerzas
(que son infinitas)
un feliz nuevo año.
Que este año que vamos a estrenar
(y si no el siguiente, y si no el siguiente,
será por años)
nos traiga alegrías, aventuras, mimos
y muchas risas...
¡Que la Fuerza nos acompañe!
¡Feliz 2014!