¡Muy buenos días, navegantes!
Han pasado muchos días sin venir por aquí.
¡Y ya tenía tantas ganas!
Hoy llevo trabajando
desde las 4:30 de la madrugada.
Sí, me encanta madrugar, pero no tanto.
Lo que ocurre es que estoy con mucho trabajo
y de madrugada no suena el teléfono,
no se reciben correos o muy, muy pocos
y hay un gran silencio,
por lo que puedo trabajar
sin interrupciones.
Solo me levanto para estirar las piernas,
la espalda, los brazos y hacerme otro té.
Pero según amanecía,
han comenzado los pájaros a despertarse.
Todos piando como si estuvieran en una fiesta.
Digo yo que dándose los buenos días,
tan contentos porque se despiertan
y se pueden poner a volar
tan ricamente por el cielo,
con el fresquito del amanecer.
Me he asomado a la ventana
y revoloteaban como locos.
Me imagino que en ese vuelo aprovechan
para mirar la ciudad desde muy arriba,
para charlar los unos con los otros,
para probar qué tal tienen los huesos,
qué tal funcionan sus alas,
para coger velocidad
y para desayunar algún mosquito despistado.
Y entonces pensaba que me encantaría ser,
durante un rato, un pájaro.
Y así descansar la cabeza, la espalda
y solo pensar en volar alegremente.
Y me he convertido en colibrí.
Así una colibrí pequeñita, que casi ni pesa
y vuela de lo más ligera.
Y estaba tan a gusto que casi me deshago...
Pero os diré que tengo entre manos
un trabajo tan bonito
y al que estoy poniendo tanto cariño
que no me importa,
solo poder convertirme en pájaro,
muy de vez en cuando.
Una pista de lo que estoy dibujando:
Es un nuevo manual
que va a publicar la editorial "Cuento de Luz"
Manual de P-------S
¡Que la Fuerza nos acompañe,
queridos navegantes!
Y que sepáis que siempre me acuerdo de vosotros,
aunque pase temporadas desaparecida.