¡Buenos días, navegantes!
No sé en vuestras ciudades
pero en la mía, Segovia,
ya empieza a asomarse el otoño.
Y a mí eso siempre me da un gusto...
Adoro el otoño.
Me encanta eso de poder empezar a decir:
"Tan a gustito en casita que llueve
o que hace frío..."
Ayer aquí llovió de lo lindo.
La lluvia nos sorprendió en la calle,
sin paraguas, pero con perro.
Corrimos como si no hubiese un mañana,
las gárgolas de la catedral vomitaban
tanto agua que daba miedo
y las callejuelas son tan estrechas
en esa zona que te mojas sí o sí.
Cada vez que pasaba un coche
bajo el chorro de esos monstruos de piedra
parecía que lo iba a aplastar.
Pero me reí tanto...
Estábamos todos chorreando
y mi hijo y yo con ataque de risa.
Yo no paraba de gritar:
¡¡¡Nico esto es una aventura!!!
(Sí, me gusta hacer una aventura
de cualquier cosa...
Cuando era más pequeño colaba
pero ahora me mira
como diciendo: "Mamá..."
Jajajajaja).
El caso es que cuando subimos a casa,
nos cambiamos y nos sentamos en el sillón pensé:
¡Qué a gusto, por dios bendito!
Esta sensación del placer de llegar a casa*
la siento profundamente en otoño e invierno.
Y si encima va acompañada de leer un libro,
mejor que mejor.
¿Pues sabéis qué cuento es precioso
y perfecto para que leáis a vuestros hijos
o sobrinos en las tarde-noches de otoño?
"La Zorra y la Camuesa",
"La Zorra y la Camuesa",
escrito por Susanna Issern e ilustrado por mí.
Lo tiene todo: aventura, misterio, risas, gastronomía...
Yo solo os digo que empieza así:
"Mil hojas amarillas y rojas bailan al compás del viento
de otoño, que sopla frío, en una noche de luna llena,
sobre las montañas..."
Lo tenéis disponible en Momoshop
y ya sabéis que os lo dedico de mil amores.
*(El hogar, es un derecho que todos,
absolutanmente todos los ciudadanos deberíamos tener.
El hogar es el lugar de descanso, de intimidad, un lugar en el que rehacerse,
de tantas y tantas cosas esenciales para empezar a vivir.)