¡Buenos días navegantes de mis amores!
Benditos días, esos en los que una
tenía miedo a algo grande, con pelos, muuuchos pelos,
con enorme boca llena de dientes sucios
y brazos terminados en manazas
asquerosamente terroríficas
o terroríficamente asquerosas.
Esta entrada es en honor a los monstruos peludos.
Con ellos sabías cuándo y a qué tenías miedo.
Y muy importante: el porqué.
Ahora todo ha cambiado y esto es un lío.
Los miedos son anárquicos,
no tienen ninguna forma determinada,
van y vienen sin ton ni son...
A veces los sientes y no los ves.
Por eso, monstruo peludo, te has convertido
en mi miedo favorito, tanto que me voy a presentar:
- Hola, Mostruo peludo. Me llamo Momo.
¡Vaya brazos más largos!:^)
- Me llamo Clarisa.
- ¡Oh vaya, eres una mostrua...!¡Claro!
¿Piensas comerte esos ratones, Clarisa?
(continuará y es una histroria que nos pondrá los pelos de punta...)
Mientras tanto os deseo que tengáis
un bonito fin de semana.
Os mando una buena colección de besos.