Queridos navegantes, muy buenos días.
Pensé que no llegaba...
Hoy empieza el invierno, quizá algunos os convirtáis en felices millonarios y sobre todo hoy os deseo unas felices fiestas, porque hoy podemos decir
que comienzan las navidades.
Quería felicitaros de una manera especial, no sabía cómo... Pero como siempre Papá Noel
me inspiró con su llamada:
-Momo, querida. ¿No vienes este año a retratarme?-
me preguntó.
- Claro, Papá Noel. Quiero acercarme un día de estos a tu casa. Lo que ocurre es que todavía no tenía una idea clara y no quería marearte. Sé que estos días estás muy, muy ocupado.
- Anda, déjate de pamplinas y vente para acá-
me ordenó.
Y hasta esas tierras heladas que me fui hace tres días. Mientras posaba como véis en la ilustración de arriba, se me ocurrió preguntarle si alguna vez había deseado dedicarse a otra cosa.
De pronto empezó a quitarse su abrigado uniforme...
-¡Bailarín!- gritó entusiasmado.
Me hubiese gustado ser bailarín, bailar como un loco,
como si no hubiera un mañana.
Momo, querida, retrátame así, quiero que todo el mundo sepa que soy un gran bailarín.
- ¿No será un poco irreverente el dibujo?
pregunté con pudor.
-¡Pamplinas, Momo. Pamplinas!
Aquí tenéis el resultado, un Papá Noel desconocido:
ágil y ligero, que como un pajarillo (un poquito entrado en carnes) no paró de hacer piruetas
y hasta un gran espagat.
¡¡¡ FELICES FIESTAS!!