Un nuevo día.

¡Buenos días, navegantes!
¿Preparados para afrontar un nuevo día?

Yo hoy, para afrontar el día, necesito ponerme mi armadura. 

Tengo varias, pero hoy toca la fuerte, la resistente...

Quizá sea porque me he pasado tres días con fiebre

 y me siento muy cansada y hasta un poco triste...

Pero esto se pasa rápido, en cuanto me ponga a hacer cosas

y el cuerpo y el espíritu vuelvan a ser quienes eran.

¿Os acordáis cuando éramos pequeños 

y podíamos quedarnos metidos en la cama 

cuando estábamos enfermos? 

Acurrucados entre las almohadas y las mantas... 

De vez en cuando venía tu madre 

y te traía algo calentito para beber 

o mientras estabas adormilado sentías 

su mano en la frente vigilando la fiebre.

Recuerdo que mi padre me traía cromos y recortables 

para que la espera en la cama se me hiciese menos tediosa.

¡Pero eso se acabó!

Una ya es una mujer "hecha y derecha"

y da lo mismo que estés enferma y te encuentres fatal, 

porque la vida sigue y no te deja, ni tan siquiera,

 tomarte un paréntesis febril.

Por eso me pongo la armadura 

porque no queda más remedio que tirar "p'alante" y seguir.

Ya veréis cómo la semana nos va a ser propicia

(por favor, por favor, por favor)

¡Se os quiere mucho navegantes de mis entretelas!

¡Que la fuerza nos acompañe!