jueves, 21 de noviembre de 2013

Estar atareada: el mejor anticongelante

¡Buenos días querid@s navegantes!
Aquí estoy de nuevo.
Y no, no es que me haya quedado 
enterrada en la nieve, 
(aunque al borde de la congelación estoy)
es que, como Cenicienta, tengo tantas tareas 
que no he tenido tiempo ni
para estar un rato con vosotr@s.
¿Cómo estáis?
Os contaré que en Segovia hace tanto frío...
 No sé si es que me han pillado 
las bajas temperaturas por sorpresa 
o que pasan los años y el cuerpo no es el que era, 
o que me abrigo poco, o que... ¡Lo que sea! 
El caso es que esto es un dolor.
Y no sé que es mejor cuando veo en la mesa 
el plato de sopa caliente:
si comérmelo o tirármelo por encima,
 o sumergir las manos en él. 
Me está costando una barbaridad 
salir a la calle con soltura y desparpajo 
porque en cuanto pongo el pie fuera de casa,
mi cuerpo se agarrota, la nariz se me congela
 y los ojos se me llenan de lágrimas
 (no de tristeza si no de puro frío pelón).
Lo sé, es lo que toca.
Por eso, para entrar en calor, como Cenicienta,
 no paro de hacer tareas y más tareas, 
a ver si así se mueven las calorías.
Esta ilustración (Cinderella), entre otras, irá en breve 
camino de Inglaterra, para unos cuentecitos 
de los hermanos Grimm y de Andersen.
¡Besos calientes y a tutiplén!

1 comentario:

  1. ¡¡¡¡Preciosa ilustración Momo!!!! Las hermanastras no pueden ser más malvadas. Ánimo con el frío que seguro que la sensación pasa enseguida. Un beso.

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