Discúlpenme por haber tardado tanto
en volver a desayunar con ustedes,
mis queridísimos navegantes.
A lo mejor creían que me habían
secuestrado los Reyes Magos
y por eso estaba desaparecida.
Muy descaminados no estaban,
pues secuestrada estoy pero por
un ejército de dibujos
que me tienen la cabeza
del revés y que debo terminar
¡Yaaaaaaaaaa!
Pero he venido, porque además
de echarles de menos,
me ha ocurrido algo digno de ser contado.
Esta mañana me he asomado a la ventana
para ver si me había levantado
donde ayer me acosté.
Para ver, si el cielo sigue arriba
y la tierra abajo.
Si la catedral de mi ciudad sigue
a la derecha de mi casa
y el Alcázar en el horizonte.
Lo reviso todas las mañanas
porque a veces no sé si vivo
en la realidad o en mis dibujos.
Lo reviso para mantener
los pies en tierra firme
¡Y de pronto veo esto!
Una bruja volando en su escoba
¡A dos metros de mi casa!
¡Si llego a estirar los brazos la toco!
(Lo estoy contando
y se me pone la piel de gallina)
He corrido a por la cámara
para fotografiar a la susodicha.
Porque pensé si lo cuento no me creerán.
Necesito prueba gráfica.
Creo que vivo en este mundo y en mi mundo.
Cada día están más mezclados...
Ay...
Que la Fuerza nos acompañe esta semana.
Yo confío en que sea una semana estupenda.
Seguro que vengo más a verles
Seguro que vengo más a verles
y prometo enseñarles cosas bien bonitas.
(Ilustración para libro de texto)
¡Hola! Qué gusto leerte y la bruja en su escoba está de encanto, ya te extrañaba. Me trasmites tu magia y alegría. Desayunar contigo es lo mejor que me puede suceder. Un apapacho fuerte con mucho cariño.
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